Diferencias impuesto sociedades
Category: Fiscal

Diferencias fiscales y contables en el Impuesto de Sociedades

No hace falta ser un gurú de la fiscalidad para saber que el Impuesto de Sociedades es uno de los gravámenes por excelencia del sistema tributario nacional. Si tienes una empresa sabrás que afecta a cualquier persona jurídica que opera en España, puesto que habrás tenido que  declararlo anteriormente.

Sin embargo, quizás tengas dudas o desconozcas que existen ciertas diferencias a la hora de declarar lo que pagarás por él. Hablamos de las diferencias permanentes del Impuesto de Sociedades y de las temporarias. Precisamente de ellas y de cómo se producen e impactan en tu contabilidad es de lo que tratan estas líneas.

 

¿Por qué se producen diferencias fiscales y contables en el Impuesto de Sociedades?

Toda compañía tiene que hacer frente a una serie de tributos por formar parte de un tejido empresarial. Estos son los impuestos que se pagan en España por ser empresa y cómo se calculan. No obstante, ya te adelantamos que, de base, dichos tributos pueden variar en función de cómo declares los ingresos y los gastos que hayas generado. En el caso del Impuesto de Sociedades, tendrás que presentarlo cada año, independientemente de que  hayas obtenido beneficios o pérdidas en ese ejercicio.

Así mismo, al presentar el modelo 200 de la declaración del Sociedades debes indicar los ingresos obtenidos y los gastos atribuibles a la actividad que realiza tu empresa. Sin embargo, hay ejercicios en los que se producen diferencias fiscales y contables en el Impuesto de Sociedades. Estas pueden ser diferencias permanentes o temporarias, como explicamos más adelante.

El caso es que si esos ingresos y/o gastos tienen incidencia a futuro o si son recurrentes en tus declaraciones afectarán a la fiscalidad del Impuesto de Sociedades. De esta forma, pueden producirse diferencias de cuantía entre lo que tú declares y lo que haya registrado Hacienda. El problema es incurrir (voluntaria o involuntariamente) en un fraude y tener que hacer frente a sanciones tanto administrativas como penales, en el caso de que la cuota “defraudada” supere los 120.000 €.

Como hemos avanzado, existen diferencias permanentes y temporarias en el Impuesto de Sociedades. Pero, antes de explicar cada una de ellas, debes tener claros tres conceptos básicos en contabilidad y fiscalidad:

 

  • Resultado contable: se trata del beneficio o de la pérdida generada por una empresa durante un ejercicio antes de aplicar los ajustes fiscales y deducir el Impuesto de Sociedades.
  • La base imponible: es la magnitud que se obtiene de una declaración patrimonial en la que se determina la cuantía de un impuesto y sobre la que este se aplica.
  • Ingreso neto: es la cantidad total de beneficios o ganancias que obtiene una empresa, excluyendo los impuestos, y que ésta publica en su informe de resultados.

 

Diferencias permanentes en el Impuesto de Sociedades

Ahora que hemos dejado claros estos tres aspectos, ¿qué es cada una de las diferencias y en qué se distinguen? Entendemos las diferencias permanentes en el Impuesto de Sociedades como aquellas que se dan entre el importe neto de ingresos y gastos totales del ejercicio y la base imponible que no hayamos declarado como diferencias temporarias. Es decir, las que tan sólo inciden en el ejercicio que estamos declarando.

Las diferencias permanentes surgen de gastos o ingresos que hay que sumar o restar al resultado contable porque no afectarán al mismo ni el año en que han tenido lugar ni nunca en el futuro. Un ejemplo muy claro es el de los gastos no deducibles. Un gasto puede ser aceptado por la norma contable, pero no es aceptado por la norma fiscal como deducible. En ese caso diremos que surge una diferencia permanente, puesto que el gasto no será deducible fiscalmente ni en el año que se produce ni en el futuro.

 

Diferencias temporarias en el Impuesto de Sociedades

Por su parte, las diferencias temporarias en el Impuesto de Sociedades son las que derivan de la distinta valoración fiscal y contable que atribuyas a los activos y pasivos que conforman el patrimonio de tu compañía. No obstante, su rasgo más distintivo es que tienen incidencia en la carga fiscal futura y no de forma continua.

A su vez, normalmente esta clase de diferencias se producen por la existencia de cambios temporales entre la base imponible y el resultado contable total antes de impuestos. Se suelen producir por los distintos criterios temporales de imputación que se utilizan a la hora de determinar precisamente la base imponible y el resultado total. Por lo tanto, revierten en periodos subsiguientes.

Otra situación en la que también se puede producir una diferencia temporaria es cuando hay una combinación de negocios o en el reconocimiento inicial de activos y pasivos, siempre y cuando el valor contable sea distinto al que se haya atribuido fiscalmente. En cualquier caso, las diferencias temporarias pueden haberse producido en un ejercicio anterior (y deben declararse) o en el propio periodo impositivo que se está declarando.

Por último, en cuanto a cómo registrarlas, las diferencias temporarias generarán el reconocimiento de un activo o pasivo por impuesto diferido. En función de si son deducibles o imponibles, esas diferencias serán objeto de reversión en ejercicios posteriores hasta que se liquiden. Así mismo, habrá que declararlas como impuestos diferidos (modelo 6301).

Llegados a este punto, es probable que estés saturado de tanta información fiscal. Excesivos tecnicismos, pero que si no gestionas correctamente, pueden ocasionarte problemas en tu contabilidad. Precisamente para eso trabajamos en Castellana Consultores, donde te ofrecemos nuestra experiencia en asesoría fiscal y te evitamos problemas tributarios y agobios.

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